La pobreza en Guatemala, es un tema que hasta el día de hoy no tiene pies ni cabeza, los funcionarios públicos incluyendo los presidentes definen como un problema de falta de inversión extranjera o más bien la inconformidad de los chapines. El trasfondo real trasciende las barreras de la economía y tiene una verdadera justificación en temas sociales. Desde la conquista, luego con los terratenientes, el mirar a los indígenas como “cosas” no como personas que tienen dignidad que pueden ser retribuidos con un pago justo por los trabajos realizados en el agro; que finalmente se agravó con el conflicto armado interno. Es que es fácil hacer una comparación entre las guerras que han ocurrido en otros países europeos, donde las guerras se vivieron en las grandes ciudades y donde la clase social media, media alta, vivió en carne propia todas las secuelas de la guerra, por ejemplo Alemania. Haciendo la analogía a nuestra querida Guatemala; la lucha de poder, ideales o no se tantas otras cosas entre el Ejército y la Guerrilla, sin ningún ideal claro o con algún tipo de liderazgo ejercido, que lo único que nos dejo son miles de años de atraso a nivel económico-social. Con el desarrollo de guerra, las secuelas son grandes, pero el verdadero trasfondo social viene luego de una revolución que permite mirar el pasado y construir un futuro con claridad lleno de altas expectativas. Todos estos elementos en Guatemala no se conjugan y es porque la guerra se desarrollo en el interior del país donde la clase media nunca resultó dañada de cierta forma, y como siempre el racismo y el clasismo en Guatemala nos abruma, simplemente los ciudadanos de la metrópoli vieron pasar la guerra, con miles de muertos, sufrimiento, hambre y otros aspectos negativos que hoy en día son los que marcan el atraso a nuestro país, nunca nos pusimos en el lugar de los indígenas, que Ellos con su propia sangre pagaron durante el conflicto armado y lo peor es que la sociedad los margina, y resultado de ello son familias destruidas, inconformismo, hogares maltratados, resentimiento social. Lo frustrante es que las “Autoridades” que nosotros mismo llevamos al poder, no hacen nada por resolver el tema de la pobreza, y es que pedir ayuda internacional no es la solución, como dice muchos por allí, pero si comida se les está dando a través de programas internacionales, lo que nos hace ver como unos fracasos más en Latinoamérica, en lugar de atacar la pobreza, nos hunde cada vez más. Si realmente hubiera interés de combatirla debemos crear mecanismos para que la sociedad empiece hacer autosuficiente y lo primero que debemos resolver es el tema de la educación, luego velar por la salud de los pobladores y finalmente crear sistema económicos que permitan que todos tengamos una oportunidad de empleo en lo que somos buenos y en lo que sabemos hacer. Nuestra economía es en buena parte la agricultura, pero no, nos enfrascamos en que esa no es la salida y matamos toda forma de autodesarrollo de la sociedad que se convierte en un ciclo vicioso que al parecer no tendrá salida en cientos o no sé si miles de años. Y en lugar de que las “Autoridades” busquen ayuda internacional a través de comida u otras cosas que no aportan valor, debería de buscar asesoramiento, por ejemplo, en la India, se creó un sistema de microcréditos para los artesanos/agricultores participando más del 50% mujeres de familia y ahora es el inicio de un desarrollo sostenible que aún está naciendo que a futuro será grandioso. Y que pasa en nuestro país, primero no tenemos la confianza en nuestros guatemaltecos y aún menos en las mujeres. Espero que estos tiempos sean diferentes, que se busque de raíz las verdaderas causas de la pobreza y no únicamente velemos por nuestras narices. Cuando pensemos que lo que hace o no hace el vecino me afecta, hasta entonces esto empezará a cambiar.
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